El tartamudeo es un trastorno del habla en el que se repiten los sonidos, las sílabas o las palabras, se prolongan los sonidos, y se tienen interrupciones del habla conocidas como bloqueos. Padecer tartamudez no significa que la persona en cuestión no sepa lo que quiere decir, sino que tiene problemas para comunicarlo de manera fluida. Paralelamente, las personas que tienen lo que también se denomina disfemia pueden mostrar otros tics como el parpadeo rápido de los ojos o temblor de los labios. Igualmente, el tartamudeo puede dificultar comunicarse con los demás, algo que puede influir en la calidad de vida y las relaciones interpersonales de quienes lo sufren. El tartamudeo también puede influir negativamente en el rendimiento en el trabajo y las oportunidades laborales.

¿Cuáles son sus causas?

Aproximadamente el 5% de los niños en edades de 2 a 5 años desarrollan algo de tartamudeo durante su infancia. Esta situación puede durar desde varias semanas a varios años. Para un pequeño número de niños, el tartamudeo no desaparece y puede empeorar. Esto se denomina tartamudeo evolutivo y es el tipo más común de tartamudeo. El tartamudeo tiende a ser hereditario y se han identificado los genes que lo causan. También existe evidencia de que el tartamudeo es el resultado de lesiones cerebrales, como accidente cerebrovascular o lesiones cerebrales traumáticas. En raras ocasiones, el tartamudeo es causado por un trauma emocional (denominado tartamudeo psicogénico). El tartamudeo es más común en niños que en niñas e igualmente tiende a persistir hasta la edad adulta con más frecuencia en los hombres que en las mujeres.

¿Cuáles son sus síntomas?

  • Sentirse frustrado al intentar comunicarse
  • Hacer pausas o dudar al empezar o durante las oraciones, frases o palabras, con frecuencia con los labios juntos
  • Interponer sonidos o palabras extras
  • Repetir sonidos, palabras, partes de palabras o frases
  • Tensión en la voz
  • Sonidos muy largos dentro de las palabras
  • Parpadeo del ojo
  • Movimientos involuntarios de la cabeza u otras partes del cuerpo
  • Movimiento espasmódico de la mandíbula

¿Qué tratamientos existen?

La mayoría de los programas de tratamiento para las personas que tartamudean son de entrenamiento de la fluidez y en relajación. Están diseñados para enseñar a la persona destrezas o pautas específicas que le ayuden a obtener una mejor comunicación oral. Los pacientes pueden aprender a controlar la velocidad a la que hablan, hablar con menor tensión física, vigilar la respiración, utilizar frases cortas o expresarse con mayor facilidad.

La disfemia en adultos representa un doble esfuerzo pues, además de trabajar en disminuir el tartamudeo, hay que hacerlo con la seguridad de la persona, ya que el sentimiento de inferioridad empeora el habla. Para superarlo, el paciente debe acudir a un psicólogo y al logopeda, quienes trabajan en equipo por medio de terapias que refuerzan la seguridad y mejoran el problema. En caso de tratarse de un problema neurológico, el médico también se apoya en estas dos especialidades, al tiempo que trata la enfermedad.

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