Existen momentos a lo largo de nuestra vida en los que, por diversas causas como pueden ser una enfermedad o la pérdida del trabajo o de una persona querida, pongan a prueba nuestra fortaleza emocional. Es ante esas situaciones cuando nuestra actitud marcará la diferencia entre salir fortalecidos o sumirse en la desesperación y el sufrimiento.
Es complicado mantener la fortaleza mental en situaciones en las que nos podemos sentir bloqueados, ya que no es sencillo en algunos casos mirar los problemas desde otra perspectiva cuando la adversidad supera nuestros recursos. Pero hemos de recordar siempre que no nacemos con la fortaleza emocional, sino que la vamos construyendo a lo largo de nuestra vida. A continuación, te dejamos algunas claves para su entrenamiento:
- Equilibrio entre pensamientos positivos y negativos. El pensamiento negativo nos permite anticipar lo que podría salir mal y planificar qué hacer, mientras que el pensamiento positivo nos mantiene motivados, nos da fuerzas y nos permite centrarnos en nuestra meta. La clave radica en encontrar el equilibrio. Cuando nos inunde el pesimismo, debemos activar conscientemente los pensamientos positivos.
- Ríete hasta de tu sombra. Aprende a poner buena cara al mal tiempo y ver la realidad desde otra perspectiva. ¡Mejora tu sentido del humor! Las personas con una gran fortaleza emocional suelen tener un carácter divertido y son capaces de reírse se sí mismas. No se toman las cosas como algo personal, lo cual les permite protegerse de los vaivenes emocionales.
- Acepta lo que no puedas cambiar. Para ser emocionalmente fuerte es importante ser consciente de que hay cosas que pueden cambiar y otras sobre las que no tenemos ningún control, logrando así asumir la responsabilidad sobre nuestras acciones, pero no culpabilizándonos. Diferenciar esto nos ayudará a mantener nuestro equilibrio emocional.
- Compadécete de ti mismo. Cuando atravesamos situaciones difíciles, tenemos la tendencia a culpabilizarnos, lo cual nos hace sentir aún peor. Sin embargo, las personas fuertes emocionalmente son capaces de tratarse a sí mismas con amabilidad, respeto y compasión mientras asumen sus responsabilidades e intentan enmendar sus errores. Es muy importante cuidar nuestro diálogo interior y aprender a tratarnos con gentileza y cariño.
- Encuentra tu motivo para vivir. Uno de los pilares de la fortaleza emocional consiste en tener un motivo para seguir adelante al que podamos aferrarnos en los momentos más difíciles. Sin ese motivo es fácil caer en las garras de la desesperación y claudicar.
Lo más importante es priorizar, siendo conscientes de que el primer paso no nos lleva donde queremos llegar, pero nos saca de donde estamos. Así logramos romper la inercia, nos ponemos en movimiento y potenciamos la sensación de empoderamiento, que es fundamental para salir fortalecidos de las situaciones difíciles.
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