El miedo a temblar en público es un problema para muchas personas. A pesar de que intuitivamente solemos vincular este fenómeno con la timidez o la inseguridad, la realidad es un poco más compleja.

Debemos incidir en que la fobia social no es igual a la timidez o la introversión. La introversión está relacionada con el temperamento del individuo. Suelen ser personas que prefieren la tranquilidad o coincidir con poca gente ya que necesitan mayor soledad y les consume energía estar en lugar donde necesitan del contacto social. Además, cuando se encuentran en actos sociales, tienden a ser más observadores y callados.

De otro lado, la timidez está ligada a la sensación de inseguridad o vergüenza que sienten las personas ante determinadas situaciones, especialmente, sociales o nuevas. Puede dificultar que la persona se exponga a estas situaciones y que entable conversaciones o conozca a gente. Además, suele conllevar un cierto grado de ansiedad, lo que la diferencia de la introversión. Así, una persona puede ser introvertida y no tímida, es decir, prefiere los grupos pequeños pero no le provoca ansiedad la idea de estar con gente, es más una cuestión de preferencia.

En cuanto a la fobia social, esta se trata del miedo intenso ante la posible evaluación por parte de otras personas. Existe el temor de ser evaluado negativamente o de quedar en evidencia por alguna razón. Es muy similar a la timidez, pero suele ser mucho más incapacitante, más extrema y acostumbra a manifestarse más puntualmente.

El miedo a hablar en público es algo más común de lo que pensamos y suele aparecer ante situaciones en las que sentimos ansiedad, bien sea por timidez o simples nervios, que puede provocarnos incluso la aparición de temblores. Estos temblores suelen presentarse más en las extremidades, debido a que ante las situaciones que consideramos amenazantes, el cerebro ordena que se mande sangre y energía a los brazos y las piernas, de forma que estas se preparen para las típicas respuestas de “lucha y/o huida”.

En un principio, temblar ante estas situaciones puede ser normal al tratarse de una reacción fisiológica propia de la ansiedad, y la ansiedad es en cierto grado adaptativa. El problema puede darse cuando estamos demasiado pendientes de si vamos a temblar o no. En esos casos tenemos ansiedad anticipatoria, es decir, previamente estamos preocupados por ello.

Antes de que el miedo a temblar en público pueda convertirse en un serio problema para nuestro desarrollo personal y profesional, es esencial conocer el mecanismo del sistema nervioso autónomo y de la ansiedad. Entender que temblar así, como otros cambios fisiológicos en nuestro cuerpo, es completamente normal, y que estos fenómenos no duran demasiado tiempo. Si no evitamos o abandonamos estas situaciones, podremos comprobarlo.

Pero, cuando esto supone un problema que genera sufrimiento o limita a la persona, se recomienda acudir a terapia, de modo que el especialista no se ofrezca todas las herramientas necesarias para eliminar esta preocupación excesiva.

Si, a pesar de estos consejos, te encuentras en una situación similar y no sabes cómo afrontarla, acude nuestro centro y solicita cita informativa gratuita y sin compromiso en el teléfono  957086113 o realiza tu consulta a través de nuestra web. www.aprenderpensando.es.