La autoestima es una característica indispensable para alcanzar nuestras metas de manera eficiente, teniendo en cuenta que está relacionada con la confianza en nosotros mismos. Esta característica de personalidad comienza a establecerse desde la infancia, siendo determinantes los factores del medio en el que crezcamos.

La autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos, basada en una percepción adecuada de nuestras capacidades y de nuestra personalidad. Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, una persona con alta autoestima no necesariamente debe ser una persona presumida. En muchas ocasiones sucede que las personas con una buena valoración de sí mismas, son las más discretas y reservadas.

La autoestima comienza a establecerse durante las etapas tempranas del desarrollo, mediante la formación que los padres o cuidadores impartan en el infante y su interacción con sus iguales. Es por ello que los estilos de crianza son determinantes en este proceso, y no es recomendable ni ser demasiado permisivo con los jóvenes, ni una autoridad absoluta sobre ellos. Lo ideal es encontrar el equilibrio saludable para que ellos puedan sentirse queridos y a la vez que son capaces de realizar ciertas tareas por ellos mismos.

¿Y qué beneficios aporta?

  • Las personas con una buena autoestima son portadoras de confianza en ellas mismas, lo cual resulta beneficioso básicamente para cualquier proyecto que emprendan, además de ser un factor protector ante el estrés y los estados depresivos.
  • Capacidad de perdonar. La autoestima bien establecida le permite al sujeto ser capaz de perdonar adecuadamente, sin que queden resentimientos de por medio.
  • Mejor desarrollo de las habilidades. Ser portador de una buena autoestima facilita un mejor desarrollo de las habilidades personales, teniendo en cuenta que mientras mejor concepto tengamos de nosotros mismos mayor tendencia habrá a aspirar a metas estimulantes que potencien nuestras capacidades.
  • Adecuada preocupación por la salud. Las personas que se preocupan más por estar saludables son aquellas que tienen una buena imagen de sí mismas y se valoran. Esto hace que lleven estilos de vida saludables, y eviten los excesos.
  • Capacidad de afrontar y superar problemas. Las personas con esta característica psicológica afrontan los problemas de manera asertiva y frontal, no tienen la necesidad de evadirlos porque confían en sus capacidades y saben que tienen lo necesario para vencer al problema.
  • Mejores relaciones interpersonales. Gozar de una buena autoestima significa tender a desarrollar buenas relaciones con sus semejantes, teniendo en cuenta que quienes tienen un autoconcepto adecuadamente ajustado se relacionan de manera adaptativa con los otros, y además son sujetos selectivos que evitan relacionarse con individuos conflictivos.
  • Seguridad al momento de tomar las decisiones. Cuando presentamos una buena autoestima, es habitual que tomemos las decisiones de una forma más comprometida y segura. Las personas con la autoestima bien establecida evalúan la factibilidad de sus acciones antes de tomar las decisiones correspondientes, para evitar la posible frustración de no haber logrado cumplir con los objetivos planteados en un principio.

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