Los niños necesitan estar en movimiento. Pretender que se quede quieto por un largo una tarde entera es misión imposible. De hecho, no es recomendable porque puede terminar siendo perjudicial para ellos e inculcar, incluso, al sedentarismo. Si tenemos previsto realizar un viaje largo en las próximas vacaciones, te damos algunos consejos para lograr que permanezcan relajados durante el trayecto.
Es posible que el temperamento de algunos niños haga que sean algo más nerviosos o que se muestren más inquietos. Son niños que todavía no son capaces de dominar sus emociones pero, por suerte, existen métodos que les pueden ayudar a calmar sus nervios y también a controlar sus impulsos. ¿Conocéis algunos de los ejercicios que pueden ayudar a que vuestros hijos se mantengan quietos y consigan relajarse? Os los contamos:
– Enseñarles a respirar profunda y lentamente, mientras permanecen de pie, sentados o tumbados.
– Hacer que se sienten con los ojos cerrados y escuchen el ritmo uniforme y lento de la música.
– Ofrecerles juegos de agua y baños templados siempre que sea posible para conseguir que se relajen.
– Enseñarles también a concentrarse y relajar sus músculos.
– Hacer que permanezcan tumbados escuchando música.
– Ofrecerles objetos suaves para acariciarlos y abrazarlos.
¿Y en la mesa?
Llega la hora de las comidas y de las cenas, y vuestros hijos han llegado del colegio bastante revolucionados. Lo primero que tenéis que tener claro es que toca sentarse a la mesa con el resto de los familiares y relajarse un poquito porque vais todos a comer. Los niños deben comprender que la hora de la comida y de la cena va a ser siempre un tiempo de estar tranquilos en familia, aunque para lograrlo se tengan que imponer una serie de normas y también aplicar algunos consejos en la mesa. ¿Cuáles son las normas en la mesa?
– Avisar siempre con antelación de que ha llegado la hora de sentarse a la mesa. Es decir, llamar su atención si están jugando o estudiando y decirles unos veinte minutos antes de que esté la comida en la mesa que ya está todo preparado, y que vayan a lavarse las manos para sentarse.
– Pedir siempre colaboración. Otra medida muy eficaz para tranquilizar a los más pequeños de la casa es hacerlos participar en este proceso, es decir, que pongan el mantel, que lleven las servilletas y los cubiertos, etc. Hacer todas estas labores les ayudará a calmarse antes de sentarse a la mesa.
– Mantener los mismos horarios de comidas y cenas. Los padres y las madres de estos niños han de tener claro que, si siempre se mantienen los horarios, todos los días a esa misma hora tendrán hambre por lo que también será mucho más sencillo calmarles y que vayan a la mesa para empezar a cenar y a comer todos en familia.
– Finalmente, haced de este momento algo especial. Sentarse en la mesa es una ocasión en la que todos los miembros están reunidos. Hay que aprovechar todas estas situaciones y preguntar siempre a los peques de la casa por su día y sus sentimientos. Esto ayudará también a favorecer su estado de calma.