Es habitual que en el ambiente laboral se presente algún tipo de conflicto que es necesario resolver para continuar con el buen desarrollo de nuestras obligaciones laborales. Os dejamos en este post varios consejos prácticos sobre cómo resolver estos conflictos de manera adecuada.
En primer lugar, no debemos olvidar que no es necesario ser amigo de tus compañeros de trabajo. Este primer consejo hace referencia a que las relaciones laborales no necesariamente tienen por qué trascender a una amistad personal; en algunos casos, los profesionales intentan forzar esta situación, lo cual resulta en conflictos incensarios dentro del ambiente laboral.
Lo ideal es entender la diferencia entre los distintos roles que desempeñamos en determinados momentos; cuando estamos en nuestro ambiente de trabajo, estamos ejerciendo un rol profesión que se enfoca en el cumplimiento de nuestras actividades laborales. El trato debe ser cordial, pero la relación no debe hacerse pasar por lo que no es.
De otro lado, también es muy importante la comunicación laboral. Un aspecto que resulta bastante positivo al resolver conflictos en el trabajo es mantener una comunicación adecuada con nuestros compañeros, incluidos nuestros jefes. Callarnos cuando algo no nos gusta puede resultar en complicaciones mayores, dado que favorece que se acumulen problemas en las dinámicas de trabajo en equipo.
Independientemente del conflicto que podamos tener, o de nuestro ambiente laboral, practicar una escucha activa siempre ayuda a resolver los conflictos. Cuando escuchamos de forma concienzuda lo que los demás tienen que decir, estamos más cerca de encontrarle solución a los conflictos.
No debemos dejar que las emociones y los impulsos limiten nuestra capacidad de escuchar a los otros. A pesar de que en algunos casos los demás no estén manejando un lenguaje correcto, lo mejor es que nos controlemos ante la situación e interpretemos cuál es el mensaje de fondo que intenta expresar la otra persona.
Por último, no olvidemos que, aunque seamos personas con rasgos individualistas, dentro de nuestro ambiente laboral debemos adecuarnos a pensar en un contexto más amplio al de nuestros intereses y necesidades particulares.
En la mayoría de los casos, cuando se tiene un empleo es necesario participar de forma colectiva para la consecución de los objetivos planteados. Pretender que podemos imponer nuestras necesidades por encima de las de los demás inevitablemente nos generará situaciones incómodas en algún momento.
Es por ello que lo más adecuado será acostumbrarnos a pensar en colectivo y entender que todos tienen derecho a un ambiente laboral agradable y funcional con posibilidades de expresarse oportunamente y ser tomados en cuenta.